Parlamentarios por Murcia: Dos siglos al servicio de una Región

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          PALABRAS EN LIBERTAD. La Región de Murcia en el Parlamento. Dos siglos.

José Moreno Galvache (6 de noviembre de 1931)

Denuncia de actitudes antidemocráticas en la provincia de Murcia

El Sr. VICEPRESIDENTE (Barnés): Tiene la palabra el Sr.: Moreno Galvache.

El Sr. MORENO GALVACHE: Es indudable, Sres. Diputados, que una de las cosas que hicieron a los españoles levantarse contra la Dictadura fué que la autoridad carecía de ella y que se significaba por una arbitrariedad continua y por una persecución de los ciudadanos, sin más motivo que la satisfacción de venganzas personales.

En la provincia de Murcia, en plena República, ocurren en algunos sitios, con mayor gravedad que en tiempos de la Dictadura, estas persecuciones arbitrarias, estas molestias continuas y estas vejaciones contra aquellos individuos que no pertenecen a los partidos políticos de los alcaldes de esos pueblos. Un día es en Beniel, donde regenta el Ayuntamiento un cacique que ya lo fué con el ciervismo y con la Unión Patriótica y que ahora lo es con el partido republicano. Este alcalde impone multas por doquier, encarcela a cuantos tiene por conveniente, impide el trabajo a los obreros de los Sindicatos que no están afectos a su partido, incluso pone multas a la música cuando va a un pueblo a dar conciertos sin su permiso. Hace unos días hubo una fiesta en el pueblo, y públicamente un teniente de alcalde agravió e insultó a un ciudadano de Beniel y después fué a su casa acompañado de dos guardias municipales, revólver en mano, produciendo en la familia el disgusto consiguiente, incluso el aborto de la esposa, que sufrió un gran susto.

En Mula hay un alcalde que comete toda clase de atropellos de esta naturaleza, a tal punto que no solamente los concejales radicales socialistas, sino también los socialistas y los de la derecha, se han retirado del Ayuntamiento y han dimitido. Ese alcalde pregunta desde el balcón del Ayuntamiento, a sus amigos, a quién quieren que detenga. Se da, pues, el caso (hay que decirlo con sonrojo) de que en aquella sede del caciquismo ciervista se cometen ahora más atropellos y arbitrariedades que en los tiempos en que ese caciquismo estuvo en todo su apogeo. (El Sr. De la Villa pronuncia palabras que no se oyen bien.)

En Campos del Río, el alcalde impone multas ilegales, y cuando la División Hidráulica del Segura advierte que no puede seguir imponiéndolas entonces dice que no se ha recibido el oficio. Se ha producido también el hecho vandálico de aparecer un día talados los huertos de todos sus enemigos políticos, lo cual ha motivado las protestas de la Unión general de Trabajadores, del partido radical socialista y de la Unión de Propietarios, porque ante actos vandálicos de tal naturaleza no es posible que haya alguien que no sienta indignación, cualquiera que sea su ideología.

Creí que antes de tratar de este asunto en la Cámara, para después formular un ruego, debía ver al gobernador de la provincia. Le he visto, y el gobernador, protestando, como los demás, de tales actos, considera que no tiene autoridad suficiente para impedirlos y sostiene la idea de que hay que robustecer el prestigio de la autoridad. Yo he callado, pero sé que al alcalde de Moratalla se le ha llamado al despacho del gobernador y allí no se le robustece su autoridad. Y no solamente ocurre esto, sino que, a requerimiento de un antiguo cacique monárquico de la provincia, a ese alcalde se le ha conminado para que deje de cumplir ciertos requisitos legales, porque así interesaba a ese cacique monárquico, al cual el citado alcalde, Sr. Teruel, manifestó que no podía hacer lo que deseaba si no se le decía por oficio.

El domingo pasado, al regresar de un acto de propaganda en la provincia de Murcia, en presencia de los Sres. Ortega y Gasset y De la Villa (El Sr. De la Villa pide la palabra.), fué a visitarme el alcalde de Rincón de Seca para manifestar que el gobernador le había llamado a su despacho, amenazándole con deportarle si continuaba en su actitud, que era la siguiente. En la provincia de Murcia hay muchos clérigos que hacen propaganda en contra de la República, y el alcalde del referido pueblo me consultó lo que debía hacer, contestándole yo que se formulara una denuncia al gobernador suscrita por los vecinos. Se hizo la denuncia, que suscribieron más de 80 vecinos del pueblo; el gobernador abrió una información, requiriendo para que acudiesen a ella a elementos monárquicos o antiguamente monárquicos, y consecuencia de tal información es que el gobernador, fiel a su idea de robustecer el principio de autoridad, amenaza con la deportación a ese alcalde, que garantizo es un hombre modelo de honradez y de consecuencia política. Un hermano suyo, en tiempos del ciervismo, murió en una lucha electoral por servir los ideales republicanos.

Por todo ello, quiero rogar al Sr. Ministro de la Gobernación que tome las medidas oportunas para que ese estado de cosas que existe en ciertos pueblos de la provincia de Murcia no subsista, porque para nosotros, hombres de significación republicana y de responsabilidad, sería violentísimo que tuviéramos que entablar una lucha en contra de determinadas autoridades y que resultaría más violenta que la que desarrollamos en época de la Dictadura.

Deseo también hacer otro ruego al Sr. Ministro de la Gobernación, que agradeceré le transmita la Mesa.

Hace mes y medio, después de una sequía pertinaz padecida en la provincia de Murcia, se desencadenó una horrorosa tormenta sobre parte de aquella vega; se produjo una inundación, que será de triste recuerdo en nuestra región, pueblos enteros, como los de Torreagüera y Beniaján, fueron arrasados, se destrozaron las cosechas, se hundieron casas y más de 50 familias tuvieron que ser alojadas en el cuartel de Artillería, donde aún están.

Los Diputados, todos, de la provincia de Murcia vimos al anterior Ministro de la Gobernación, Sr. Maura, y a los demás Ministros, y se acordó conceder un socorro con motivo de la inundación. Ha llegado ya el expediente al Ministerio de la Gobernación, y como hay centenares de familias recogidas de limosna, sin hogar y con las cosechas destruidas, encarezco que este socorro vaya a Murcia cuanto antes.

Y, finalmente, un ruego al Sr. Ministro de Economía. Hace veinte o treinta días se celebró en Madrid una Asamblea sedera, en la cual se adoptaron unos acuerdos, traducidos en peticiones que el Sr. Ministro de Economía acogió benévolamente, ofreciéndonos que, rápidamente, serían una realidad. Ruego al Sr. Ministro de Economía que esto sea un hecho porque, de otro modo, la cosecha futura de seda no tendrá efectividad y se habrá malogrado el fondo de regeneración de nuestra producción sedera.

El Sr. RUIZ-FUNES: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. RUIZ-FUNES: Para pedir que conste mi adhesión a los ruegos que acaba de formular el Sr. Moreno Galvache a los Sres. Ministros de la Gobernación y de Economía, relativos al socorro a los damnificados de Torreagüera y Beniaján y a las conclusiones de la Asamblea sedera.

El Sr. PRESIDENTE: Constarán las manifestaciones del Sr. Ruiz-Funes y se transmitirán los ruegos del Sr. Moreno Galvache.»

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