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Preámbulo: El agua y la vida


El agua constituye el recurso más excepcional que existe en la naturaleza. Se trata del principal activo de nuestro planeta. Por su importancia para los seres vivos, por sus connotaciones simbólicas, por su presencia en todas y cada una de las grandes manifestaciones del ser humano, se trata de un elemento único. Nuestro propio organismo, el de todos los seres vivos, está integrado en buena medida por agua.

Como elemento esencial para la vida, ha estado tradicionalmente asociada, de modo simbólico, al génesis, al nacimiento, a la pureza. Los griegos la relacionaron con el origen de todo a partir de lo cual podía explicarse la propia existencia. Tales de Mileto aseguraba que la vida no era posible sin ella, y Leonardo Da Vinci la llamó “sangre de la naturaleza”. Todas las religiones han visto en ella un símbolo de pureza y de fertilidad: la musulmana, la hindú, la judía a través de la inmersión en el Mikvah, la católica a través del bautismo...

Su existencia constituye una auténtica paradoja: por un lado se trata del elemento más abundante de la tierra. El volumen de agua utilizado cada día en el planeta supera en cientos de veces al de todos los minerales juntos. Es raro encontrar un rincón del planeta sin ella, pero casi toda es salada (21 de cada 22 partes) o se encuentra en los casquetes polares.


A pesar de ello, el agua dulce que corre por los ríos, o se recoge en lagos y pantanos, es más que suficiente para satisfacer a todos los habitantes del mundo. El principal problema es que está muy desigualmente repartida. La pluviometría sigue un orden a menudo inverso a la cantidad de habitantes del territorio.

Desde su aparición sobre la tierra, el hombre ha utilizado el agua para fines cada vez más numerosos. En la actualidad su dependencia del llamado líquido elemento es absoluta. El problema es que no se trata, como se pensó durante muchos momentos de la historia, de un bien infinito, sino de un recurso limitado.

Materia prima irrenunciable y origen de confort; maná de las tierras cultivadas y fuente necesaria de abastecimiento para todos los seres vivos; elemento indispensable para la higiene y esencia de los principales ritos de todas las religiones; agente terapéutico y germen de conflicto; elemento purificador y fuente de ocio.

Nada ha estado más fuertemente enraizado, más indisolublemente unido a la vida que ella.

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El agua dulce utilizable: superficial y atmosférica 140.000 millones de km`





EL AGUA EN EL MUNDO



Los árabes almacenaban el agua en vasijas que colocaban en elegantes soportes cuya función era recoger el agua exudada. Ni una gota era desaprovechada. Museo de las Claras.

 



Las abundantes aguas de las fuentes del Marqués fueron pretendidas durante siglos por las poblaciones con mayor déficit hídrico de la región.