Parlamentarios por Murcia: Dos siglos al servicio de una Región

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El congreso se divierte (2)



Gedeón, abril de 1904.
 
 
 

Gedeón, 25 de enero
de 1899.

La prensa satírica no ha sido patrimonio de ninguna ideología. Todas las corrientes políticas se han servido de ella, pero ha sido en las épocas de mayores dosis de libertades en las que esta prensa satírica ha brillado con más fuerza. El Sexenio Revolucionario (1869-1874) supuso una época gloriosa para este tipo de periodismo. Numerosas publicaciones, algunas con magníficas ilustraciones, como La Flaca, La Gorda, La Broma, Los Descamisados o El Cencerro, pusieron su gota de humor en los graves sucesos que estaban teniendo lugar entonces en nuestro país.

En Murcia no faltaron publicaciones como Don Pelmacio, El Diablo Verde y, sobre todo, Don Crispín, que, entre las décadas finales del siglo XIX y el primer tercio del XX, intentaron poner de relieve el lado humorístico de la política más cercana a nuestros paisanos.

Tras la II República, esta sonrisa irónica hacia la labor parlamentaria se borró por completo, pero la llegada de la democracia ha posibilitado que resurjan publicaciones y, sobre todo, que periódicos y revistas incluyan el correspondiente apartado de humor parlamentario entre sus páginas. La actividad de Gallardo, el bibliotecario de las Cortes gaditanas, no hubiese suscitado en estos momentos tanta polémica como provocó hace doscientos años. Hoy día el humor parlamentario resulta algo cotidiano y goza de la preferencia de todas las capas sociales, incluyendo, desde luego, la de los propios políticos, que saben que su aparición en un chiste no es más que una forma de reconocimiento a su labor.



La manipulación de las elecciones es puesta en solfa en el almanaque Gedeón 1897.
 

El Diablo Verde, 8 de abril
de 1898.
 

El Liberal 27 de marzo de 1903.

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