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Nuestra cultura del agua: un compromiso secular

La Cultura del Agua está presente permanentemente en Murcia y en los murcianos. Desde hace siglos, convivimos con la escasez de tan preciado elemento, pero también, haciendo virtud de la necesidad, con la aplicación del ingenio humano a la regulación y aprovechamiento de nuestros magros recursos. Por eso, cuando se habla en España de modernización de regadíos, de ahorro, de depuración y reutilización de aguas, la Región de Murcia es un referente necesario, un ejemplo a seguir, porque en esta tierra sedienta, sabemos mejor que nadie que el agua es vida, que cada gota de agua es un tesoro.

Los habitantes de la Región de Murcia estamos especialmente sensibilizados en esta materia, porque hemos tenido ocasión de comprobar, a lo largo de los siglos, cómo la ausencia de precipitaciones, la escasez de caudales aprovechables, no depara sino pobreza y ruina, hambre y emigración. Lo hemos sentido y sufrido en nuestras carnes, hemos nacido y crecido con el problema, convivimos con él día a día, y desde los tiempos más remotos lo hemos afrontado con valentía, hemos hecho de nuestra relación con el agua un estilo de vida y hemos sido capaces de convertir unas tierras áridas, resecas, peladas, en verdaderos vergeles.

Vivimos tiempos complicados para nuestra relación con tan preciado y necesario elemento. Tiempos de sequía, tiempos de esperanzas frustradas y de legítimos derechos puestos en entredicho. Vivimos tiempos de insolidaridad, de principios constitucionales cuestionados o ninguneados. Nuestra respuesta es el derecho, la justicia y la razón. La coherencia y los hechos constatables. Y entre esos hechos se encuentra nuestra apuesta permamente por el ahorro y el reaprovechamiento, por la inmediata aplicación de las tecnologías más modernas a la agricultura, por la implantación de técnicas de riego pioneras. Por la depuración y la desalación. Por la defensa de la legalidad por los medios que el Estado de Derecho pone a nuestro alcance. Por el afianzamiento de una Cultura del Agua que nos ha permitido obtener los máximos rendimientos a partir de medios escasos.

Cualquier esfuerzo encaminado a difundir nuestra Cultura del Agua, cualquier iniciativa que permita ahondar en ella, que contribuya a afianzarla entre los murcianos y, de un modo especial, entre los más jóvenes, debe considerarse positiva y constituyen una buena ocasión para reafirmar el compromiso de las instituciones y de la sociedad murciana con algo en lo que creemos y, porque lo creemos, lo llevamos a la práctica.

En ese esfuerzo, en ese tipo de iniciativa, se enmarca la publicación del coleccionable que responde al ilustrativo título “Murcia y el Agua: Historia de una pasión”, una obra que ve la luz gracias a la colaboración entre La Verdad, la Real Academia Alfonso X el Sabio, Cajamurcia, la Asamblea Regional de Murcia y la Comunidad Autónoma.

Se trata, como señala el título, de contar una historia, una apasionada historia cuyos protagonistas son los pobladores de la Región de Murcia y el agua. Capítulo a capítulo, vamos a comprobar cómo evoluciona esa historia de siglos, hecha de encuentros y desencuentros, vamos a constatar cómo hace 4.500 años, los primeros agricultores, asentados en la zona de Jumilla, ya usaban de originales y habilidosos recursos para captar los caudales hídricos precisos para sus cultivos. Y cómo hace 4.000 años, por medio de rudimentarios trépanos, se perforaba el terreno en busca de agua, dando lugar a los primeros pozos.

Tendremos conocimiento de las primeras técnicas de riego, hace 3.700 años, así como de unos primitivos embalses que, en la época argárica, se usaban para almacenar el agua y usarla en tiempos de escasez. Días de carencia, de sequía, a los que se han sucedido, todos los sabemos, inundaciones asoladoras, catastróficas, de las que tenemos noticia cierta desde el año 738 antes de Cristo.

No faltan las referencias al sistema de abastecimiento y desagüe creado en la Cartagena púnica, que tendrá continuidad durante la dominación romana, a través de un entramado de captación y distribución de aguas tan perfecto que no será mejorado en sus planteamientos y efectividad hasta el siglo XIX. Conoceremos más y mejor los acueductos romanos, las galerías de pozos, llamados lumbreras, el riego con boqueras y los primeros vestigios de aprovechamiento de las aguas con fines medicinales en los balnearios de Archena y Fortuna.

Tendremos noticia, en fin, de la decisiva acción de los árabes sobre nuestras huertas, del trazado de una compleja red de azudes, partidores, quijeros, acequias y brazales que aún hoy, 1.200 años después, conserva su vigencia y gran parte de las denominaciones que les dieron sus constructores, padres también de la gran obra de regulación hidráulica que es la célebre Contraparada.

Se trata, en definitiva, de una aproximación didáctica a las relaciones que los murcianos de todo tiempo hemos mantenido con el agua. Ese afán didáctico, asequible, ha estado muy presente en la labor de Pascual Vera Nicolás, autor de los textos, y de Isidoro González-Adalid, artífice de las ilustraciones, logrando, además, una excelente compenetración que permite una lectura ágil perfectamente complementada por medio dibujos y esquemas que contribuyen a la comprensión de la materia abordada.


RAMÓN LUIS VALCÁRCEL SISO
Presidente de la Región de Murcia

 

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