Murcia, tierra de escritores

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Los escritores
en la Historia
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Un lento amanecer caracteriza nuestra literatura del siglo XVI. A pesar de que Cervantes aseguró, en La gitanilla, que en Murcia había algunos poetas y muy buenos, hay que señalar que sólo al final del siglo XVI empiezan a conocerse los nombres de estos escritores, cuando una importante y numerosa promoción poética confluye en las exequias de Felipe II, con las que se cierra este siglo. Entre los escritores más destacados de esta época hay que citar de Diego Ramírez Pagán (1525-d. 1562), que reúne en Valencia, en la segunda mitad del XVI, una Floresta de varia poesía que se adscribe a las nuevas corrientes del petrarquismo. Al mismo tiempo, en aquellos años finales, la literatura murciana de cordel inicia su andadura, mientras Andrés de Claramonte y Damián Salucio del Poyo, naturales de Murcia, llevan el teatro propio y extraño por las tierras de la Península. Figura muy destacada en la literatura del final de siglo es Ginés Pérez de Hita (h. 1550-h. 1619), autor de Las guerras civiles deGranaday organizador de fiestas de Corpus en Lorca, Murcia y Cartagena. Otros escritores murcianos renacentistas son: Diego de Funes y Mendoza (1560-1625), autor de la Historia general de las aves de Aristóteles el Estagirita; Jerónimo de Alcalá Yáñez de Ribera (1571-1632), autor de los Milagros de la Fuencisla y El donado hablador. Alonso, mozo de muchos amos; Alonso Sánchez (1582-1639), humanista y catedrático de Hebreo de la Universidad de Alcalá; Ginés de Rocamora y Torrano, representante de Murcia en las Cortes de Castilla, autor de una Esfera del universo; Francisco de Castilla, autor de una Teórica de las virtudes; Juan Alfonso de Almela, muerto en 1604, poeta participante en las exequias de Felipe II; y Salvador de León Castañón, poeta inspirado de la época. Tal promoción de escritores recibió las influencias de las nuevas corrientes italianistas, que les iniciaron en el cultivo de los metros y estrofas traídos por Garcilaso y Boscán (endecasílabos, sonetos, etc.) y en los temas humanísticos que se tradujeron en tratados doctrinales e, incluso, en el cultivo de las primeras muestras de la narrativa del renacimiento.

Como hemos señalado, la época de mayor esplendor se corresponde con el siglo XVII, coincidiendo con el ascenso de la cultura literaria y artística experimentado en todas España y especialmente en la Corte, aunque otros centros de difusión literaria brillaron en el país: Sevilla, Valencia, Granada, Antequera, Toledo, La Rioja... Murcia, pequeña comunidad provinciana, alejada relativamente de la Corte no queda al margen de los afanes renovadores del barroco y se vive en las ciudades más importantes de la región un cierto esplendor que resuena fuera de nuestros límites regionales. Tres escritores fueron conocidos fuera de Murcia en esta época, y su obra puede considerarse hoy, sin temor a errar, entre las de los autores más gloriosos de aquella época gloriosa.

Veinte años separan en su nacimiento al Licenciado Francisco Cascales, nacido en 1564 de Diego Saavedra Fajardo, nacido en 1584, y otros veinte a éste de Jacinto Polo de Medina, nacido en 1603. Don Diego escribiría un poema latino para las Tablas poéticas Cascales y Cascales redactaría el prólogo de las Academias del Jardín de Polo de Medina, donde tanto Saavedra como Cascales son considerados las glorias indiscutibles de las letras locales. La Murcia seiscentista cuenta, además, con otros poetas que merecieron el elogio de Cervantes y cuyos nombres, conocidos a través de las justas y certámenes poéticos, revelan el relativo esplendor a que llegaron las letras en la Murcia del XVII, y no sólo en la ciudad del segura, sino también en Cartagena, de donde es habitante algunos años, el poeta y marino cordobés Don Luis Carrillo y Sotomayor.

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