Acueducto.
Cuando Alejandro Magno emprendió
sus campañas en Oriente pudo
leer en la Bactriana la siguiente
inscripción: "He obligado
a los ríos a discurrir por
donde yo he querido, es decir por
los lugares donde fueran útiles.
Así he convertido en fecundas
las tierras estériles regándolas
con mis ríos. Tal afirmación
respondía al orgullo de los
primitivos asirios que habían
efecturado grandes obras en los
ríos Tigris y Éufrates,
canalizando y conduciendo sus aguas
desde el siglo IX antes de Cristo
a otras latitudes que lo necesitaban.
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